El maíz, originario de América y cultivado extensamente por los aztecas, es una fuente rica en magnesio y posee la capacidad de prevenir diversas enfermedades. Su alto contenido de este mineral esencial contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso, la regulación del azúcar en sangre y la salud ósea, convirtiéndolo en un alimento invaluable para una dieta equilibrada y saludable.
El maíz, un antiguo grano originario de América, ha sido cultivado y consumido por diversas civilizaciones, siendo los aztecas uno de los principales exponentes. Este vegetal, además de ser una fuente esencial de energía, se destaca por su alto contenido de magnesio, un nutriente esencial para el cuerpo humano. A lo largo del tiempo, el maíz ha sido valorado no solo por su aporte nutricional, sino también por su capacidad para prevenir enfermedades y contribuir al bienestar general.
Cómo impacta el maíz en la salud
El maíz es un alimento con múltiples beneficios para la salud. Su contenido de magnesio es uno de los aspectos más destacados, ya que interviene en más de 300 procesos bioquímicos del cuerpo, apoyando el correcto funcionamiento de músculos y nervios, la solidez ósea, la regularidad de los latidos del corazón y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Además, el magnesio contribuye a regular los niveles de glucosa en sangre, la generación de energía y la síntesis de proteínas.
Por otro lado, el maíz es una rica fuente de fibra, fundamental para la salud intestinal y el equilibrio de la microbiota. También aporta carbohidratos, que son una fuente de energía esencial para el cerebro, y proteínas, entre las que se destaca la leucina, un aminoácido esencial que el cuerpo no puede producir por sí mismo. El maíz contiene vitamina A, crucial para la salud visual, y polifenoles, que actúan como antioxidantes que protegen al cuerpo de enfermedades crónicas degenerativas.
La vitamina A en el maíz es crucial para la salud visual (freepik)
Quiénes no deberían comer maíz
A pesar de sus múltiples beneficios, hay ciertos grupos de personas que deben tener precaución al consumir maíz. Las personas con intolerancia al gluten deben tener cuidado con los productos derivados del maíz que podrían estar contaminados con gluten.
Además, aquellos que padecen diabetes deben consumir maíz con moderación, debido a su alto contenido de carbohidratos, que podría afectar los niveles de glucosa en sangre si no se controla adecuadamente. Asimismo, las personas con patologías digestivas como el síndrome del intestino irritable pueden experimentar molestias debido a la alta cantidad de fibra presente en el maíz.
Cómo incluir el maíz en la dieta
Incorporar el maíz en la dieta diaria puede ser sencillo y beneficioso. Este grano versátil puede ser consumido en diferentes formas y en distintos momentos del día. Una de las maneras más comunes es cocinarlo al vapor, lo que ayuda a conservar su valor nutricional. Para el almuerzo o la cena, el maíz puede ser acompañado con una porción de verduras y proteínas, creando una comida balanceada. También puede servir como guarnición, reemplazando a otros carbohidratos como el arroz, los fideos o las papas, y consumirse dos o tres veces a la semana.
En la media tarde, el maíz puede ser un excelente snack. En este caso, se puede combinar con queso fresco bajo en grasa, proporcionando una merienda nutritiva y saciante. Los especialistas en nutrición recomiendan que, para obtener una buena porción de energía para culminar la jornada diaria, el maíz sea preferentemente consumido en el almuerzo o como snack en la media tarde.
Combinar maíz con alimentos ricos en vitamina C mejora la absorción de hierro
Cómo consumir maíz para absorber sus nutrientes
Para maximizar la absorción de los nutrientes presentes en el maíz, es importante tener en cuenta el método de preparación. Cocinar el maíz al vapor es una de las mejores maneras de preservar su contenido nutricional. Este método de cocción evita la pérdida de vitaminas y minerales que puede ocurrir con otros métodos más agresivos, como hervir por largos periodos.
Además, combinar el consumo de maíz con alimentos abundantes en vitamina C, como el pimiento o el tomate, puede ayudar a mejorar la absorción del hierro presente en el maíz. Incluir grasas saludables en la misma comida, como aguacate o aceite de oliva, también puede favorecer la absorción de vitaminas liposolubles, como la vitamina A.
El maíz, además, puede ser incluido en una variedad de preparaciones culinarias que realzan su sabor y también su perfil nutricional. Desde ensaladas y sopas, hasta panes y postres, las opciones son variadas y pueden ser adaptadas a diversos gustos y necesidades dietéticas.