UN HOMICIDIO, UNA FUGA Y LA IMPUNIDAD

La Justicia de Tierra del Fuego ha emitido una decisión polémica al declarar prescrita la causa contra aquel individuo que, en un oscuro episodio de 2000, arrebató la vida de su esposa embarazada a balazos. Aunque inicialmente fue condenado por este horrendo crimen, logró evadir la justicia al escapar de prisión, permaneciendo prófugo durante 22 largos años. Fue solo en octubre pasado cuando finalmente decidió entregarse, reclamando lo que ahora, sorprendentemente, se ha resuelto a su favor.

La decisión fue adoptada por la Sala Penal de la Cámara de Apelaciones de la ciudad de Río Grande y, de esta forma, Ramón Ángel Abregú (70) lograría la impunidad de su crimen y podría quedar libre, aunque esta resolución ahora fue apelada en una última instancia ante el Superior Tribunal de Justicia de la provincia.

El caso es controvertido porque Abregú cometió el femicidio el 23 de enero de 2000, cuando ingresó a un consultorio de la clínica fueguina Cemep, en la ciudad fueguina, y disparó en cuatro oportunidades contra el cuerpo de su expareja, Eva Azulina Falcón, quien se encontraba embarazada.

El homicida fue detenido de inmediato y condenado a 20 años de cárcel en septiembre de ese mismo año, pero el 15 de febrero de 2001 logró fugarse de un establecimiento penitenciario ubicado en el barrio Margen Sur y, desde entonces, se mantuvo prófugo de la Justicia.

Recién 22 años después, el 17 de octubre del año pasado, Abregú se presentó de forma espontánea en Tierra del Fuego, quedó detenido y a través de un abogado solicitó la prescripción de la causa.

Sin embargo, los jueces del Tribunal de Juicio en lo Criminal de Río Grande, Eduardo López y Juan José Varela, resolvieron a fines del año pasado que el caso no estaba prescripto, y que el hombre debía continuar cumpliendo la pena por el homicidio hasta septiembre de 2042.

“El ejercicio del derecho a castigar implica el razonable ejercicio de la potestad reglamentaria del legislador con los principios, valores y derechos consagrados en la Constitución Nacional. Nuestra labor se ciñe entonces a comprobar la legitimidad temporal del reclamo estatal a castigar y garantizar la capacidad de Abregú de ser perseguido por sus conductas punibles”, escribieron los jueces en esa resolución de dos carillas a la que accedió Télam.

En forma paralela, Abregú fue indagado por el juez penal Raúl Sahade en orden al delito de “evasión” por su fuga de la cárcel, y la defensa volvió a plantear allí que el hecho estaba prescripto, lo que Sahade desestimó.

La apelación

 Esa medida judicial fue recurrida y la Cámara de Apelaciones, integrada por los jueces Julián de Martino y Jorge Jofré, es la que decidió revocar lo resuelto por el juez Sahade y declarar la prescripción en relación a la fuga, lo que implicaría que también prescriba el caso del homicidio, explicaron los voceros consultados.

De todas maneras, ese pronunciamiento no se encuentra firme porque, según adelantaron fuentes judiciales, el fiscal mayor de Río Grande, Martín Bramatti, acudió “en casación” ante el Superior Tribunal para lograr una postura definitiva sobre el caso.

Según Bramatti, la sentencia contra Abregú a 20 años de cárcel no estaba firme al momento de su fuga -restaba un pronunciamiento de la Corte-, y por lo tanto, al no haber podido ser notificado de la condena, tampoco se pudo comenzar a contar el período de la prescripción.

Además, el fiscal postula que Abregú cometió un nuevo delito al fugarse en 2001, ilícito que se siguió cometiendo hasta el momento en que se entregó a las autoridades, por lo que tampoco se encuentra prescripto.

“La decisión de la Cámara busca seguridad jurídica, pero nosotros lo que procuramos es buscar justicia”, argumentó Bramatti, y les pidió a los jueces que tengan en cuenta los derechos de los familiares de la víctima.

Por el momento Abregú continúa preso desde que regresó por su cuenta a Tierra del Fuego en octubre sin documentación personal y luego de haber atravesado los cuatro pasos fronterizos con Chile que implican llegar a la provincia austral por vía terrestre.

Recién si el fallo de la Cámara quedara firme podría recuperar la libertad pero, apelación mediante, ahora deberá aguardar que se expida el máximo tribunal fueguino.

Los voceros consultados deslizaron también que, en caso de ser obligado a cumplir la condena, Abregú podría solicitar la prisión domiciliaria, en virtud de que ya cuenta con 70 años de edad actualmente.

Al momento de su juzgamiento, el paradigma judicial no contemplaba la visión de género respecto del homicidio en perjuicio de una mujer mediando una situación de violencia, y tampoco se consideró el agravante por el vínculo entre el victimario y la víctima.

Es por ello, además, que el asesino no fue condenado por “femicidio” sino por “homicidio simple”.

El crimen

El crimen de Eva Falcón produjo en su momento una gran conmoción social en la ciudad fueguina.

Los investigadores determinaron que por esos días Abregú estaba provisoriamente separado de su mujer, pero que en las semanas previas al crimen se había acercado a ella con la supuesta intención de reconciliarse.

El día del hecho, Abregú acudió al domicilio de Falcón y la atacó con un arma calibre 9 milímetros.

La mujer, embarazada de siete meses, logró escapar con una herida y se refugió en la sala de guardia de la clínica Cemep, donde su agresor la alcanzó y la remató con cuatro disparos más, según se probó en el juicio oral.

Los familiares de Falcón ya no residen en Tierra del Fuego y no se presentaron como querellantes en el expediente, por lo que tampoco se conoce su postura sobre todo lo acontecido desde que el autor del femicidio optó por entregarse a las autoridades con la intención de que el hecho sea declarado impune y de esa manera poder quedar libre.