Anoche, en la calle Cramer al 1900, se registró un trágico asesinato que podría estar relacionado con una situación de violencia de género. La pareja del hombre apuñalado, ahora detenida, ya era buscada por un juzgado porteño en conexión con un caso de robo.
Alexis Rodrigo Miguel, un hombre de 26 años perteneciente a la comunidad gitana, fue asesinado a puñaladas en la noche del lunes en un departamento de la calle Cramer al 1900, barrio de Belgrano.
Por el hecho, la Policía de la Ciudad detuvo a dos sospechosas, entre ellas, Lorena J., la pareja de la víctima, con quien convivía. Se sospecha de una situación de violencia de género. La segunda es una mujer de 73 años, abuela de Miguel. En el lugar se secuestró un cuchillo tipo Tramontina con mango de plástico negro, la posible arma usada para cometer el crimen. El expediente para esclarecer el hecho está a cargo del Juzgado N°20, con el magistrado Hugo Decaria.
El hecho fue reportado por vecinos, que oyeron una fuerte conmoción en el departamento. Las dos mujeres atendieron a la Policía de la Ciudad al llegar los efectivos al lugar. El cadáver estaba a la vista: los restos de Miguel yacían en el balcón, con el torso desnudo, en medio de un charco de sangre con más de una herida en su pecho. De inmediato, los policías contactaron al SAME, cuyos médicos confirmaron la muerte.
Insólitamente, la novia y la abuela comenzaron a hablar: afirmaron que Miguel, poco antes, se había “autolesionado de manera accidental”, según confirmaron fuentes del caso a Infobae. El rastro de sangre era evidente en todo el departamento: iba desde una de las habitaciones a través de un pasillo y el living, hasta llegar al cadáver de Miguel. El cuchillo, precisamente, estaba en el piso del living.
Mientras tanto, un pequeño tumulto comenzaba en la calle. Allí llegaba un hombre de 38 años que se identificó como Cristian, tío de la víctima, agitado. Afirmó a la Policía porteña que, minutos antes, había recibido una llamada de Alexis Rodrigo. Su sobrino se filmó con el pecho ensangrentado, mientras gritaba: “Mirá lo que me hizo”. Luego, cortó, para comenzar a morir.
Tras este testimonio, el juez Hugo Decaria ordenó la detención de ambas mujeres.
Insólitamente, según pudo confirmar Infobae de fuentes judiciales, Lorena J. tenía una cuenta pendiente con la Justicia porteña: era buscada en una investigación por el delito de robo en concurso real con privación ilegítima de la libertad agravada por haber sido cometida con violencia, un hecho del que se la acusa de ser coautora. Un juzgado porteño buscaba indagarla, sin poder encontrarla. Su defensa intentó que evite la jaula con un planteo de eximición de prisión, que fue rechazado tres días atrás por la Sala III de la Cámara.
Los jueces Jantus, Magariños y Huarte Petite consideraron que había un claro riesgo de fuga. Lorena J. había presentado como domicilio una dirección en Baradero: se comprobó que era una casa abandonada.
Así, la Ciudad pasó casi cuatro meses sin que se cometa un homicidio en su territorio. El último crimen registrado, cometido en ocasión de robo, fue el de Carlos Fernández, asesor de Verónica Magario y un histórico del peronismo porteño, muerto a tiros en la esquina de Castro y San Juan, zona de Boedo, el 20 de junio pasado, con un sospechoso detenido a dos días del hecho.