Sergio Massa anunciara en la tarde del miércoles 14 de junio si finalmente es candidato a presidente por el Frente de Todos. Además, el Indec anunciara la inflación de mayo. La de abril había sido del 8,4% y llego hacer la anual al 110%. El ministro de Economía asegura que esta suba de precios va dar un número parecido al del mes anterior y hasta tiene la expectativa de un índice todavía más bajo: en ese caso, empezará a preparar los detalles de la campaña para una nueva postulación presidencial.
El de Massa sería un caso único en el planeta, y seguramente objeto de investigación para las universidades especializadas en ciencias políticas. Que un ministro de Economía pueda ser candidato a presidente con inflación de tres dígitos pondrá a la Argentina, una vez más, en el teatro de la innovación global.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que es el índice que elaboran las consultoras privadas para el Banco Central, estimó que la inflación de mayo fue de un 9%. Con ese número, proyectan la inflación anual en un 148,9%. Nada más y nada menos. Pero ni siquiera esas cifras escalofriantes pudieron mellar el espíritu optimista del ministro de Economía. En estas horas, Massa ha decidido dar un paso preelectoral al frente.
La primera señal la dio el sábado pasado, en el acto del Frente Renovador. “Si se decide que haya PASO, anótennos en las PASO. Ahí vamos a estar”, advirtió Massa desde la tribuna. El mensaje era para Alberto Fernández, para Daniel Scioli y para Victoria Tolosa Paz, que alientan la posibilidad de darle batalla en las primarias al kirchnerismo. Pero también es para Cristina Kirchner.
La Vicepresidenta es la que tiene que ayudarlo a Massa a convencer a todo el peronismo de que no haya PASO. El ministro ya jugó fuerte y logró que, a mediados de la semana pasada, los trece gobernadores se sacaran una foto para pedir una fórmula de unidad. La única lectura de la palabra unidad es que haya una única candidatura presidencial. “Si Sergio se lanza, tenemos que ir todos atrás de Sergio”, dice un gobernador. Y no es el único.
Daniel Scioli cuenta con el respaldo provisorio de Tolosa Paz
El problema para Massa es que Daniel Scioli ha ratificado que quiere ser candidato a presidente y presentarse a las PASO. Tiene el respaldo provisorio de Tolosa Paz y Alberto Fernández lo apoya en su modo tan especial de entender la política. El Presidente les dice a los pocos kirchneristas con los que habla (Eduardo De Pedro) que él le ha dicho a Scioli que se baje, pero que el embajador en Brasilia no se deja convencer. Y como les sucede a la inmensa mayoría de los argentinos, los peronistas a esta altura ya no le creen una sola palabra a Alberto. Tarde para lágrimas.
Massa ha ido desarrollando una plataforma electoral muy sui generis que hace eje en la gestión, su gestión. Como si los números fueran excepcionales. Sus colaboradores hablan de las medidas de alivio fiscal con eje en la rebaja del impuesto a las Ganancias, ampliada a los monotributistas y otras medidas de actualización salarial a la inflación pensando en la clase media.
Rescatan los números de desempleo y de producción industrial. Massa sabe, de todos modos, que su flanco débil es la inflación y en su creatividad política les está planteando al kirchnerismo, a los gobernadores peronistas y se lo dijo al propio Alberto Fernández un argumento que es su nuevo caballito de batalla.
“Sigamos jodiendo que vamos a salir cuartos”, es la frase que Massa repite y que le advirtió al Presidente en la Casa Rosada. Según este cálculo, las encuestas que poseen en el Gobierno ubican a Javier Milei al frente de los sondeos ya que no compite con nadie en las PASO; detrás estarían Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, divididos en dos segmentos que sumados orillan el 30% y al final los candidatos del Frente de Todos, Massa, Scioli y De Pedro, en ese orden. En ese escenario virtual, el candidato oficialista quedaría lejos y en el cuarto lugar.
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La guerra de guerrillas que sacude a Juntos por el Cambio, donde el planteo de incorporar al peronista cordobés Juan Schiaretti dividió las aguas entre Rodríguez Larreta y Bullrich, respaldada por Mauricio Macri, hizo bajar varios puntos en las encuestas a la coalición opositora, y entusiasmó a un Massa que está contra la pared entre la super inflación y el dólar cercano a los 500 pesos.