Hubo un nuevo récord en la suba del dólar, aunque continúa siendo inferior a la de la inflación, el fuerte aumento últimamente acrecentó el nerviosismo en los mercados y también del Gobierno. El ministro de Economía Sergio Massa se quejó en el día de ayer de la lentitud para reaccionar ante una escalada cambiaria que iba ganando temperatura con el paso de las horas. En la jornada de hoy se sabrá si aplacados los rumores sobre su posible renuncia alcanza para frenar la suba del tipo de cambio.
La queja de Massa luego del cierre del mercado pasó por el escaso volumen de intervención oficial en el mercado de bonos. Según los datos que manejaban ayer en Economía, la intervención del Banco Central fue por el equivalente a USD 12 millones vía venta de Globales 2030. Pero ese volumen resultó claramente insuficiente, a juzgar por la suba que sufrieron los dólares financieros durante toda la jornada.
La orden es salir a intervenir con más a través de la venta de títulos dolarizados contra bonos en pesos para evitar subas tan fuertes del tipo de cambio. En solo tres jornadas hábiles el contado con liquidación aumentó 7% y el dólar libre lo hizo cerca de 4,5%.
En Economía repiten que conservan un importante poder de fuego para evitar que el tipo de cambio sufra movimientos disruptivos. En otras palabras, que cuentan con los recursos necesarios para aplacar presiones del mercado sobre el precio del dólar.
Más allá de las intervenciones habituales a través del mercado de bonos, también se aceleran los tiempos para la operación anunciada hace casi un mes de canje de títulos en dólares en poder de organismos públicos por bonos en pesos. Esto aumentaría todavía más la capacidad de intervención del Central en el mercado. Según las estimaciones que hacen circular desde el ministerio de Economía, los títulos en dólares que usarían para intervenir suman USD 35.000 millones.
Sin embargo, todos son parches dentro de una situación financiera y cambiaria extremadamente frágil. Por un lado, el Central casi se quedó sin reservas y a duras penas empieza a recuperar algo por la introducción del dólar agro, con un tipo de cambio de $ 300 para las exportaciones de soja y productos regionales.
Pero al mismo tiempo también se acelera la emisión monetaria, que presiona sobre el dólar y los precios. Por un lado viene creciendo el déficit fiscal y se calcula que este año el rojo primario se ubicará por arriba de 3% del PBI. Semejante agujero se tapa en parte con emisión de nueva deuda, pero también con emisión de pesos.
En definitiva, todos los caminos conducen a mayores desequilibrios en los próximos meses, que serán muy complejos de administrar para el gobierno que asuma el 10 de diciembre.