Dos de las tradiciones más emblemáticas y distintivas de la producción de la historia de Tandil, sus quesos y sus salames, tendrán en los próximos meses su propio museo-centro de interpretación, a partir del trabajo conjunto entre el Municipio y las asociaciones privadas que engloban a los responsables de ambas actividades.

Para lograr este objetivo, una aspiración que lleva mucho tiempo para todos los actores, desde la Dirección de Turismo de la Secretaría de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales y representantes del consorcio DOT y el Cluster Quesero se conformó un grupo de trabajo que en los últimos meses comenzó a funcionar con el asesoramiento y la conducción de la museóloga, licenciada en artes visuales y especialista en industrias culturales María Victoria Bianchi.

Según está previsto, el Museo funcionará en la sede de Villa Onena, un lugar paradigmático de la ciudad y con un importante acervo histórico que ahora se potenciará a partir de la reformulación de su uso y el de su entorno, uno de los históricos del partido, ligado a las actividades pioneras de la ciudad.

El grupo viene trabajando en una fase de planificación exhaustiva y detallada, planteando a partir de las conclusiones de los grupos de trabajo en las distintas opciones, adaptadas a las nuevas tecnologías y los conceptos modernos en museología, para que el visitante se nutra de una gran experiencia y se transforme en un militante orgulloso de la tradición y calidad de los quesos y chacinados de Tandil.

En este marco, Bianchi explicó que es muy importante el camino encarado “para plantear estrategias y diseño que le den al visitante herramientas para poder tener una interpretación útil y comprender de manera adecuada el patrimonio que se quiere transmitir, que en este caso está vinculado con la alimentación responsable y ancestral, un estilo de hacer”.

Al tiempo que los representantes de las empresas productoras de la ciudad aportan sus vivencias, elementos y tradiciones, el museo y centro de interpretación contará con herramientas emotivas e estimulantes para vivir el patrimonio y luego transferir esa experiencia.

Según está previsto, en el lugar se realizarán talleres, cursos, presentaciones, visitas guiadas y la definición de las actuales rutas del salame y queso, que se buscará re impulsar. Todo para que los visitantes al Museo-Centro de Interpretación, a partir de su visita, sientan por qué el queso y el salame son parte fundamental de la identidad de la ciudad y distintivo a nivel nacional.

“Nuestra propuesta es mostrar la realidad (pasada y actual) de una forma didáctica, divertida y participativa al revelar el significado de este patrimonio, para que la elaboración tradicional y creativa de estos productos sean considerados e integrados como parte de la identidad de la ciudad, un gesto por transmitir una cultura, un sentido de comunidad”, contó Bianchi.