Axel Kicillof volvió a referirse a la toma de Guernica, el operativo de desalojo y apuntó contra la oposición. “Nos corrieron 40 días por derecha, diciendo que había desalojar violentamente”, cuestionó.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, volvió a pronunciarse sobre el operativo de desalojo en Guernica y cómo afrontó la gobernación la negociación con los ocupantes del predio. “Esperaban una represión violenta como ocurrió durante todo el macrismo”, manifestó.

“Lo que pasó en Guernica es doloroso. Es doloroso que haya gente sin casa, sin vivienda y en situación precaria. Se estima que son dos millones de personas las que tienen problemas habitacionales en la provincia de Buenos Aires y este es un problema que viene de muy atrás”, manifestó el mandatario esta mañana en Radio Con Vos.

En ese sentido, el gobernador bonaerense analizó que “eso no se soluciona con tomas sino con políticas públicas”, que la respuesta a esta problemática es la “justicia social” y remarcó que su administración no va a “esconder los problemas”. “No va a ser en diez minutos, pero vamos a hacer algo que no se hizo, ni en la magnitud, la respuesta y la mirada”, aseveró Kicillof.

El ex ministro de Economía enfatizó en que desde el Ejecutivo provincial se trabajó “para asistir a la gente” con la disposición de un equipo interministerial y que se le pidió al juez de la causa “que posponga el desalojo”, pero “el 23 de septiembre llegó la orden de desalojo de la justicia, que es la que decide que no puede estar la gente asentada”.

“Nos corrieron 40 días por derecha diciendo que había que desalojar violentamente. Fueron a Guernica, Ritondo y otros miembros de la oposición y Macri pidió desalojar. Esperaban una represión violenta, con heridos, como ocurrió durante todo el macrismo con cosas mucho menos complicadas”, arremetió Kicillof, antes de calificar como “miserable hacer política o buscar votos de situaciones lamentables”.

“Luego criticaron que ayudáramos a la gente. El debate público fue bastante pobre”, se lamentó, aunque consideró que la gobernación dio “una respuesta sin precedentes”. En esa línea, remarcó que “eran 1000 familias y con 750 arribamos a soluciones: ayuda para el alquiler, materiales para construir o ampliar”.

“Cuando terminó la primera prórroga, pedimos otra. El juez y el fiscal dijeron que no y lo elevaron a la Cámara, que también dijo que no. Hablamos con la gente para lograr soluciones de corto plazo, que se muden transitoriamente a los refugios montados en 11 hectáreas de cuatro terrenos distintos hasta conseguir soluciones definitivas mediante el plan de 3 mil lotes con servicios en Presidente Perón”, recordó.

En la reconstrucción de los hechos, afirmó que la Provincia no contaba “con más prórroga” y dijo que “algunas organizaciones políticas querían resistir y tomar la tierra para siempre”. Así, “llegó el día 30” y el desalojo debió ser ejecutado, sin “un sólo rasguñado o herido”.

“La policía no quemó casillas y no hubo ni un herido. No es agradable. No queríamos eso. Pero había una orden judicial y se ejecutó de la mejor manera posible”, evaluó el gobernador, que destacó que “todas las familias tienen una respuesta del Estado”.

“Yo no decidí ni el desalojo ni que se produjera la toma”, añadió y reconoció que “el problema habitacional de la provincia lleva muchísimo tiempo”, agravado porque “el gobierno anterior dejó de hacer viviendas”.